Todos fuimos principiantes alguna vez, y yo no soy ninguna excepción
Acá te cuento algunas cagadas que me mandé en el camino…
¿Ya te diste cuenta que tener un negocio no es estar tirado en la playa con tu laptop, disfrutando de tus millones de dólares?
Mi nombre es Marian
UNA HISTORIA DE MIS COMIENZOS
Cómo los beatles cambiaron mi vida
- Conocer gente del ambiente musical “Beatle” de Argentina que se sumó sin dudarlo al evento, gente de medios de comunicación platenses y de otros lugares que nos ayudó muchísimo con la difusión.
- Conocer a figuras del rock que no sólo vinieron a tocar por dos pesos sino que terminaron siendo amigos comiendo un asado y ayudando a planear la próxima edición
- Contar con la ayuda de amigos y familiares que estuvieron el día del evento trabajando como parte del equipo (vendiendo entradas, sirviendo a los musicos, atendiendo la feria, prestandonos equipamiento, trasladando cosas)
- Recibimos regalos de feriantes y de marcas de sponsoreos
- Declaramos el evento como de interés cultural en la Ciudad de La Plata, salimos en la tele, en radios y en el diario.
- Nos hicimos muchos amigos y hasta dicen que varias bandas que tenían rivalidad entre ellas, se terminaron amigando ahí mismo en el festival
LA LISTA DEFINITIVA DE CAGADAS
Dar por sentado que los planes complejos iban a salir todos perfectos y no tener un plan B. A veces también pienso: ¡que suerte que tuve!.
Creer que porque yo lanzaba un producto, iban a venir corriendo a quitarmelo de las manos. Señora, si usted no tiene audiencia, la misma no se va a crear mágicamente.
Hacer mal los cálculos de precios y perder plata. Esto fue una de las peores, definitivamente.
Cambiar de negocio como de ropa interior. Imposible crecer si no hacés lo mismo por un largo tiempo.
Posicionarme como un “negocio de ofertas” y nunca poder aumentar precios. Que tengas cuidado cuando hacés ofertas, ¡te digo!.
Creer que a todo el mundo le interesa y le resulta fácil diseñar webs porque a mi me parece un mundo fascinante. Esto me costó un largo de tiempo de entender quién era realmente mi clienta ideal. Pista: no era yo.
Crecer mi lista de suscriptores de correo y nunca enviarles nada. Eso me hizo perder muchos valiosos suscriptores que hoy amaría que estén a mi lado.
¡No planificar!. No sabía para donde iba, y no me importaba tampoco. Hoy no puedo creer que estuve tanto tiempo dando vueltas en círculos.
Dejarme ganar por la ansiedad. Esto hizo que lance productos y servicios así nomás porque no me daba el tiempo de perfeccionarlos.